Estudios hechos en la década del 2010 nos demuestran que para tener salud mental, la alimentación cumple un papel fundamental
Algunas veces, la pizza; helados y galletas no son los mejores acompañantes cuando nos encontramos tristes o estresados debido a que son alimentos ricos en azúcar y en grasas los cuales no ayudan mucho a subirte el ánimo y la ciencia te dice por qué.
¿Pero, qué debemos comer cuando nos sentimos tristes?
Pues una hamburguesa no, por supuesto. Sin embargo, los alimentos integrales como verduras; frutas, pescado, huevos, nueces y alimentos fermentados, entre ellos el yogur, pueden ser muy buenos acompañantes para los “bajones”.
Así las cosas, al tener una dieta sana estamos incentivando al cuerpo a desarrollar un intestino sano. Al tener el intestino en mejores condiciones, los microbios que yacen dentro de él, producen serotonina y dopamina, claves para regular las emociones. “El microbio intestinal juega un papel determinante a la hora de tratar un trastorno psiquiátrico, incluido el trastorno depresivo mayor” dictó un equipo de científicos en el Harvard Review of Psychiatry, en el año 2020.
El estudio “SMILES”
Y es que a pesar de tener estudios científicos, las personas siguen eligiendo la comida chatarra como el mejor acompañante alimentario a la hora de vivir estados de ansiedad o depresión, o eso se cree. Un estudio realizado en 2017 llamado “SMILES” reclutó a 67 personas que sufrían de depresión y las dividieron en dos grupos.
El primer grupo compartió reuniones donde un nutricionista les recetó una dieta tradicional basada en vegetales; granos, frutas, mucho pescado y demás. El segundo grupo, en cambio, tenían acompañamiento bajo un asistente de la investigación que brindaba apoyo social, pero no ofrecía algún consejo o dieta para su alimentación diaria.
El ensayo duró doce semanas y los resultados fueron positivos para los dos grupos, debido a que también la investigación brindaba un apoyo adicional al que normalmente estas personas no estaban acostumbradas. Pero los datos que impresionaron a los investigadores fue que un tercio del grupo con la dieta saludable ya no calificaban como deprimidas, en comparación con el 8% de las personas que no aplicaron la dieta.
Apoyo médico
Los estudios no solo son una prueba de que la buena alimentación ayuda a aliviar la depresión, ya que existen médicos en Estados Unidos los cuales apoyan el proceso.
Por ejemplo, el Dr. Drew Ramsey, psiquiatra y profesor clínico asistente en el Colegio de Médicos y Cirujanos de la Universidad de Columbia en Nueva York, según información del New York Times, considera que recetar “mariscos, verduras, nueces y frijoles, y un poco de chocolate amargo” puede ayudar a mejorar al estado emocional que puede estar pasando el paciente, ya que ayudan a promover compuestos como el brindado por el factor neurotrófico -derivado del cerebro- el cual es una proteína que ayuda al crecimiento de neuras y protegen las existentes.
Ramsey dice que si bien la dieta no es la gran solución para la depresión si pueden ayudar, poco a poco, a la salud mental de las personas. “No podemos controlar nuestros genes de quiénes eran nuestros padres o si nos suceden actos de trauma o violencia al azar”, dijo. “Pero podemos controlar cómo comemos, y eso le da a las personas cosas prácticas que pueden hacer para cuidar su salud cerebral día a día” explicó.
Si bien la comida chatarra da un alivio al paladar, no nos podrá ayudar mucho si de sopesar un “mal rato” se trata. Por eso tener una buena alimentación, acompañada de ejercicio físico, puede ayudar a mejorar algunas “decaídas” que todas las personas pueden experimentar en algún momento de su vida.
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