La sal es esencial para el cuerpo. El sodio en la sal ayuda a transmitir los impulsos nerviosos y contraer las fibras musculares. También funciona con potasio para equilibrar los niveles de líquidos en el cuerpo. Pero solo se necesita una pequeña cantidad de sal para hacer esto: menos de una décima parte de una cucharadita por día.
El cuerpo, en general, puede deshacerse del exceso de sodio. Sin embargo, en algunas personas, el consumo de sodio adicional hace que el cuerpo retenga líquidos. Esto aumenta la cantidad de líquido que fluye a través de los vasos sanguíneos, lo que puede aumentar la presión arterial.
La mayor parte de la sal que consumimos proviene de alimentos preparados y procesados. Los principales culpables incluyen comidas de paquete, carnes embutidas, carnes ahumadas y curadas, jugos enlatados, sopas enlatadas y secas, pizza y otras comidas rápidas, además de muchos condimentos, salsas y sabores. Pero aparte de ello, bastante proviene del salero de la casa para el cual vale la pena encontrar alternativas. Aquí hay cinco maneras de reducir el sodio al cocinar en casa:
1 Usa especias y otros potenciadores del sabor
Agregue sabor a sus platos favoritos con especias, hierbas secas y frescas, raíces (como ajo y jengibre), cítricos, vinagres y vino. Desde pimienta negra, canela y cúrcuma hasta albahaca fresca, chiles y jugo de limón, estos potenciadores del sabor emocionan al paladar y contienen mucho menos sodio.
2 Hazte fan de las grasas saludables en la cocina
Usar las grasas saludables correctas, desde nueces tostadas y aguacates hasta aceite de oliva, canola, soya y otros aceites, todos ellos pueden agregar un sabor intenso a los alimentos y permitir que se reduzca el uso de la sal.
La soya y canola biotecnológica que existe en el mercado es más amigable con el ambiente porque le permite a los agricultores se más productivos ocupando menos espacio y haciendo un menor uso de los recursos no renovables como el agua y la tierra.
3 Saltea y tuesta
Secar o saltear alimentos en una sartén genera sabor. El tueste resalta la dulzura natural de muchas verduras y el sabor del pescado y el pollo. Si preparas al vapor o en microondas algunos platos, agrégales con una fino hilo de aceite y un chorrito de cítricos.
4 Obtén los granos enteros de fuentes diferentes al pan
Incluso el pan integral, aunque es una opción más saludable que el blanco, puede contener una cantidad considerable de sodio. El pan contiene bastante sal, no solo para darle sabor, sino para garantizar que la masa se eleve adecuadamente. Puedes saltear esa sal extra cuando buscas granos enteros fuera de hornear. Por ejemplo, en el desayuno puedes cocine la avena de corte grueso, el farro, que es un tipo de trigo integral u otros granos enteros y acompáñelos de una deliciosa fruta fresca o seca.
5 Conozca los productos del mercado local
Compre ingredientes crudos con el máximo sabor natural, evitando así el sodio agregado a otros productos que ya vienen procesados. Compre productos de temporada alta y recuerde que los agricultores tienen un trabajo arduo en el campo para que podamos traer los alimentos a la mesa y que gracias a las tecnologías ellos pueden facilitar su trabajo. ¡Apóyalos!
Este artículo fue publicado originalmente en la página de Harvard T.H. Chan School of Public Health – https://www.hsph.harvard.edu/